Todo lo que hay
(Artículo publicado en El Diario de Ávila el martes 17 de junio de 2014 dentro de la columna Club Diógenes) Si tomáramos nota de manera esquemática de cada una de nuestras acciones cotidianas, el balance, una vez leído, se situaría entre lo descorazonador y lo irrelevante. Anotaríamos las pequeñas compras, los saludos habituales u ocasionales, la alternancia necesaria entre la rutina, el aburrimiento y la euforia. En fin, y como ya se sabe, la vida es el conjunto de todo aquello que reivindicamos dentro de la armonía, la búsqueda y la necesidad vital, por lo que, aunque denostado, el hastío resulta siempre más que beneficioso. Nos aburrimos para vivir mejor, para remedar esa situación y sacarle el jugo a esa novela no escrita ni conclusa que es la vida. Existe, por ello, la tentación de falsear las apariencias: hay vidas irrelevantes, como las hay fastuosas, del mismo modo que existe gente que te muestra la parte por el todo, mostrando tan sólo lo bueno, para ocultar lo gris