Lo tengo preparado

Todo está ya preparado, voy a hacerlo en breve, lo tengo a punto. Cuando divisé al otro lado de la acera a Jaime (llamémoslo así por prudencia, aunque dudo mucho que con tanta ocupación se le ocurra al aludido pasearse por este desértico blog) sabía yo de antemano las patrañas y quiero-y-haré que procedería a contarme. Jaime es un muchacho (digamos así también) de mi edad. Yo terminé mi carrera a su tiempo pero a él se le fue torciendo entre dimes y diretes. Me lo encontraba en esos años post-universitarios y todo era un ya estoy acabando y ya estoy preparando. Hablaba de una doble licenciatura con no sé cuántos idiomas porque estaba previsto - y lo tenía ya en la mano - que iba a ser diplomático. Me lo encontraba tiempo después y se andaba afanando en alguna otra universidad en la cual iba a conseguir esto y lo otro - ya está preparado, decía. Así que cuando el otro día vi su rictus al otro lado de la calle, sus ademanes torpones y esa manera grandilocuente de venderte humo...