De buena mañana. 4 de octubre. Lances de veneno.
(De buena mañana) Lances de veneno. - Entre las ocho y las nueve de la mañana, la Alameda de Hércules de Sevilla hace un descanso en el bullir y el trasiego. Como por encanto, los bares se colman y circulan sin parar los cafés, los calentitos y las tostadas. Los camareros toman las comandas de memoria. El desayuno en Andalucía debería ser declarado Bien de Interés Cultural y declarar una hora obligatoria de parada. A pesar de su fealdad ochentera que no tiene remedio, siempre acabo por la Alameda. Así lo declaraba Alberti en su llanto por Joselito: "Que pueda, Virgen, que pueda / volver con sangre a Sevilla / y al frente de mi cuadrilla / lucirme por la Alameda". He buscado muchas veces su casa, pero nunca encuentro su ubicación exacta. Tampoco he encontrado esta vez la estatua de Chicuelo. La tapará alguna terraza o alguna sombrilla. La amenaza sobre este barrio, que tiene la protección cercana del Gran Poder y de la Macarena, es cada vez más palpable. Uno de cada diez po