De buena mañana. 30 de septiembre. Con garantía.
(De buena mañana) Con garantía. - La generación de nuestros padres tenía unas obsesiones recurrentes y fijas. Eran tiempos en los que el buen hacer y el buen parecer convivían estrechamente de manera que el mayor de los oprobios era no poder pagar una letra, dejar a deber la iguala del médico u olvidarse de rellenar la garantía de un nuevo aparato eléctrico. Los que tienen 40 años para abajo, por suerte para ellos y para todos, no recordarán ninguna de estas obligaciones cotidianas ni los tiempos en que los cobros se hacían mediante visitas. Cuando yo era pequeño me inquietaba la llegada del cobrador del médico, un hombrecillo poca-cosa que esperaba en el rellano con unos papelillos y unas tijeras minúsculas con las que recortaba la parte correspondiente al consultorio médico. Más intrigante, sin embargo, era el cobro de los muertos, el sempiterno, y nunca mejor dicho, seguro de decesos. Mi afición a la fabulación, a inventarme historias por doquier, viene quizá de aquella época...