Digestión
(Artículo publicado en El Diario de Ávila el martes 6 de octubre de 2015 dentro de la columna Club Diógenes) Ya no hay héroes, se ha dicho. Permítanme que, con la debida distancia, rebata esta idea. Hay muchos pero edulcorados y con un barniz graso de suficiencia. Los nuevos héroes, los nuevos adalides de España, y me temo que de buena parte de la cultura occidental, no son ya los escritores (índices de lectura cada vez más bajos), ni tampoco los científicos (¿quién investiga hoy en España?) y, ni siquiera, los omnipresentes políticos, que se encuentran en sus horas más bajas. Los nuevos caudillos de la “intelligentsia” patria son, desde luego, los cocineros y, por extensión, los críticos y los degustadores gourmet. Su poder es, en tiempos de redes sociales, mediático y viral y, dado su creciente prestigio, uno piensa que todo esto viene a confirmar esa teoría de que cualquier moda nueva nos hará algo más tontos. La obsesión compulsiva por la comida, por la socialización de la man