No sorprende
(Artículo publicado en El Diario de Ávila el martes 27 de octubre de 2014 dentro de la columna Club Diógenes) No, desde luego que no puede habernos sorprendido el caso de este muchacho ambicioso e impostor. Ya sabéis, apreciado don Pablos, de quién hablo pues es innecesario consignar en estos papeles una vez más su nombre. A la publicación de este texto será, tal vez, un asunto de agua pasada: como igual de desvaídos se nos antojan ya otros casos e historias de granujas. Qué poco dura la fama, como leve es la sombra de la soga en quien delito comete. Así somos de veloces en el reino. Es imposible, pues, dadas las circunstancias, mostrar el más mínimo y leve gesto de estupor, de vergüenza; cuán inútil mirarse el puño en un grandilocuente gesto de incomodo. Por supuesto que no. Hemos vivido tales hazañas en tantas ocasiones previas que resulta redundante y repetitivo cualquier sonrojo. Éramos muy jóvenes, lo sabemos, cuando don Pablos, vuestra merced, se pavoneaba gallardo por el pa