De buena mañana. 2 de junio. En su sitio.
(De buena mañana) En su sitio.
- La plaza de toros de Las Ventas (llenazos a diario, resultados algo pobres en este San Isidro) funciona como un reloj. Lo que acontece en el interior forma parte de una liturgia antigua. Cambian los gustos, cambian los públicos y los actuantes pero la esencia es la misma. Resulta interesante comprobar esta liturgia fuera de la plaza, en las dos horas anteriores al comienzo del festejo. Y es que el aficionado se siente integrado en el rito y ha de realizar, aunque de forma más sencilla y menos supersticiosa que los toreros, sus particulares protocolos: el encuentro en tal recodo o junto a tal escultura, el café protocolario, la tertulia. Cada cual a su hora y en su sitio.
Los críticos taurinos (Lorca, de El País, Barquerito, Inés Montano, Zabala, Aguado, Amorós...) van circulando casi una hora antes de forma solitaria. Lo hacen así como si no quisieran mezclarse con el público, evitando una contaminación de la crónica subsiguiente. Puntual, a las 18.15 camina Andrés Amorós. Como yo sabía de la exactitud de este cortejo, allí lo esperaba yo, a la sombra con su nuevo libro. La sorpresa que se llevó fue mayúscula.
Tras los críticos van desfilando los habituales, siempre a su ritmo y a la misma hora: marquesas, ganaderos, toreros, periodistas, aficionados ilustres, y toda esa legión de chicos y chicas que han rejuvenecido los festejos. Por algo será.
- En su sitio le pusieron ayer en Babelia de El País a un conocido periodista que habitó por estos lares. Fue un hombre siempre oscuro cuya codicia y estar por estar iba por encima de sus méritos literarios. Ha publicado mucho y está en todas partes pero por fin alguien se ha atrevido a poner los puntos sobre las íes. Con la ingente cantidad de especialistas en el siglo de Oro que hay en este país, hay que tener arrestos para hacer una biografía rápida de Juan de Tassis. Decidnos ¿quién mató al conde? fue un excelente título de Néstor Luján. Pero este sabía y estudiaba. El otro medra.
- Acaba pronto este mes fatídico para la lectura: mayo-principios de junio. Final de curso, ferias de abril y San Isidro, agotamientos primaverales. Hay una pila de lecturas pendientes y entrarán otros ejemplares que han salido para la feria del Libro. Dudo que visite ese enorme zoco del Retiro. No he sido asiduo: unos años sí y otros no. Los calores, los rigores, las gentes.
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