(De buena mañana) Numérica - Con intención de ir al gimnasio, me dirigí primero al garaje para sacar el coche (primer oxímoron irresoluble para los puristas: ir al gimnasio en coche o en taxi). Son los garajes sitios de paso donde hay encuentros rápidos y circunstanciales porque de lo contrario se convierten en lugares propicios para el asesinato. ¿Quién no ha temido que lo mataran en la planta semioscura de un aparcamiento? En esa penumbra me encuentro a Fuendetodos. Es un hombre amable, risueño, con el que coincido por sorpresa en lugares insospechados: me topé una vez con él bajo una tremenda tormenta en Brujas, o en un velatorio o en un punto de reciclaje. Saludó cordialmente como siempre y mi mente empezó a pensar en números: de aquí no me libro en treinta o cuarenta minutos. La conversación, o el monólogo, mejor dicho, duró, en efecto, media hora. A ratos en semioscuridad, a ratos iluminados por los fluorescentes automáticos del garaje. Yo pensaba: para que me cuente esto,...