Penitentes
(Artículo publicado en la sección Club Diógenes de El Diario de Ávila el martes 2 de abril de 2019)
En la famosa copla de Serrat titulada “Romance de Curro el Palmo” se dice que el bueno de Curro, un español que daba en talla lo que era común en aquella época, despechado de su amor, se leyó unas cuantas novelas baratas “por no ir tras su paso como un penitente”. Afirma María Moliner en su gran diccionario que un penitente es persona “que va en una procesión para hacer penitencia con traje establecido para su uso”. En esta época en la que apenas se leen diccionarios y en la que, por otra parte, jamás vemos ni veremos a un político, sea del signo que sea, con un libro entre las manos, será digno de diversión y admiración ver a más de uno de ellos desfilar de penitente por las calles de Ávila. A veces uno agradece que los políticos nos aporten con tal generosidad los temas para los escritores de provincias. Al fin y al cabo, la columna del pueblo tiene la misma trascendencia que el paso leve y acomodaticio de sus señorías por el escaño de la provincia. Hoy me hago de Ávila y mañana de Badajoz; hoy te traigo a una ministra de defensa y mañana te pongo una consejera. Así que cambiar de traje, como nos decía el diccionario, y adoptar el traje “establecido” para su uso de penitente, no debe de resultar complejo para quien está acostumbrado al camaleonismo y a la adaptación al medio que exige la política. Y bastante menos problemático para esos chicos de partido que desde los quince años tenían tan clara una militancia. Desde luego, más difícil lo tienen los lobos, los delfines, el resto de los mortales o los que dudamos cada día si ponernos un jersey de pico o una sudadera. Así las cosas, algún medio digital de Ávila ha anunciado que Casado, joven eterno, comparecerá en Ávila para “procesionar”, como se dice ahora, y quién sabe si para expiar, como se decía antaño, en uno de los desfiles de la Semana Santa. Parece, según cuenta ese medio, que la procesión elegida es una que va de morado y que se titula “de los estudiantes”. En este punto ya no supe si la noticia sería un chiste, una desatada pieza de fake news o un sainete de los antiguos. De los toscos y de brocha gorda. Ahora bien, confieso que es imposible no fantasear con la imagen de Casado en sayón y verduguillo morado bajo el cual se descubren unos lustrosos mocasines castellanos. Quizá en vez de lucirse en la de los estudiantes, cosa que a alguno le pilla bastante lejos, nuestros políticos deberían crear una cofradía propia, de tono multicolor y de cara descubierta y pasearse por Ávila para sentir el calor y la admiración cándida de los votantes abulenses. Que los aman. Y les agradecen tantos servicios prestados. Y así, con unas traviesas de ferrocarril al hombro, unos datos del paro y la despoblación en un estandarte y con los dos tomazos del diccionario María Moliner en una mano, un Quijote, unos Episodios Nacionales de Galdós y una Constitución como poco en la otra mano, constituirían un hermoso y colorido recorrido que les hará comprender el verdadero significado de la palabra penitencia.
(Lo anterior como fantasía, pero para hablar de la España real y de las verdaderas penitencias españolas, les recomiendo que escuchen hoy martes en Ávila al gran escritor Manuel Vilas, el de Ordesa, con entrada libre, en el IES Aranguren, a partir de las 19 horas).
David Ferrer
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