De buena mañana. 2 de noviembre. Noviembre y muerte.

 (De buena mañana) Noviembre y muerte.


- Inmersos en una corriente de destrucción y muerte como la que se ha llevado varias localidades de Valencia, debe quedar el silencio, la ayuda y el luto. Después, evidentemente, las explicaciones y las dimisiones. Que debería haberlas. En Valencia y en Madrid. Uno comprende que catástrofes tan repentinas son imposibles de calibrar en su justa medida. Quien viva o viaje con frecuencia por la zona se ha encontrado más de una vez ante temores y avisos. Salía yo de un parking hace años en el centro de Valencia y recordé el título aquel de "el río que nos lleva". Nunca había visto llover de ese modo y era imposible gobernar el volante. Por suerte paró en poco tiempo y quedó todo en una anécdota. En otra ocasión se avisó de una tormenta inminente y yo solo pensaba en mi coche aparcado en una calle. Somos, como decía Manuel Vilas en Ordesa, una generación apegada a su vehículo. Tu coche. Tu pertenencia. Tampoco pasó nada. Ahora sí. Y ha sido una catástrofe. Y todos preguntamos si se podía haber evitado la tragedia humana.

- Ha ocurrido esto en vísperas del Día de difuntos. Nunca he sido anti-Halloween, como ahora se estila por algunos, pero tampoco he participado de esa mamarrachada empalagosa. Hace muchos años, cuando nadie en los institutos lo celebraba, yo llevaba una calabaza y un montón de chuches y caramelos. Los alumnos lo recibían con alborozo y los profesores con desdén por ese reproche tan habitual de "perder el tiempo". En realidad me servía para enganchar con alguna actividad, leíamos algún texto de Poe, de Espronceda o de Washington Irving. Después Halloween ha venido como un tsunami. Ahora de lunes a viernes, de 9 a 15, los profesores no paran con test, quiz, kahoots, actividades sobre Halloween. En los colegios es obligatorio el disfraz y pobre del padre o del alumno que se oponga. Lo que debe ser accesorio se ha convertido en un tostón que hasta los propios alumnos detestan: ¿otra vez con Halloween?

Hay que afinar y reforzar el conocimiento, no convertirlo en un truco o trato ventajista y pusilánime. Una vez quise por ello llevar a mis alumnos al cementerio para analizar los estratos sociales, el arte funerario y el léxico de las tumbas. Se me echaron encima: vas a crear un trauma, los padres van a protestar. No lo hice. En los viajes de mis cursos de adultos lo he hecho siempre: si es en Londres, no falla una visita al cementerio. Si es en Milán, lo mismo.

He sido siempre un visitante asiduo, curioso e investigador de cementerios. A algunos vuelvo. De otros guardo tenebrosos recuerdos. La primera vez que visité el de Milán, tuve pesadillas durante un tiempo. Desde entonces no fallo cada año. Voy a dejar una lista de mis favoritos:

1.- Cimitero Monumentale di Staglieno, Génova. Italia.
2.- Cimitero Monumentale di Milano. Milán, Italia.
3.- Highgate Cemetery. Hampstead, Londres, UK.
4.- Cimitero di San Michele, Venecia, Italia.
5.- Pere Lachaise y Montmatre, París, Francia.
6.- Brompton Cemetery, Londres, Uk.
7.- Cementerio judio de Praga.
8.- Cementerio Británico de Madrid. Madrid, España.
9.- Cementerio De San Fernando, Sevilla, España.
10.- Cementerio Protestante Británico de Florencia, Italia.

- Un cementerio es una casa. En la casa un cementerio. Aquí se acumulan libros que jamás leeré y jamás volverán a la vida. En mi biblioteca hay una pequeña sección de libros sobre muerte y cementerios. Está muy viva y va creciendo.

Visite un cementerio. Vivirá más y sabrá mucho.


© Texto y fotos David Ferrer, 2024
Más cositas en web de David Ferrer





Comentarios

Otras entradas de este diario.

De buena mañana. 2 de diciembre. Deambulatorio.

De buena mañana. 11 de octubre. Maleantes

De buena mañana. 13 de noviembre. Un pequeño rincón.

De buena mañana. 19 de septiembre. Normalizar.