Ha venido; aquí esperamos.
Artículo publicado en El Diario de Ávila el martes 17 de mayo de 2016 dentro de la columna Club Diógenes)
Hace ya unos meses, cuando se enteró de la noticia, Jordi se dispuso a revolver entre los vinilos de su padre, aquellos que escuchaban con solemnidad en las tardes de sábado, y desempolvó al fin aquella carátula que mostraba a un joven de vaqueros gastados frente a una bandera estadounidense; Mónica ya lo presenció hace unos años pero ahora es ciertamente otra mujer, con dos hijos muy guerreros a los que tendrá que atender su madre en el día indicado; Lucía es nueva: lleva un par de años de carrera y siempre le habían hablado de la explosividad de estos conciertos, de su duración, aguante y de la comunión con quienes parecen súbditos, ya veteranos, ya neófitos. Su novio le ha regalado un par de tickets por su 20 cumpleaños; Mark ha comprado su vuelo desde Londres: sí, es cierto, como le reprocha su madre, que va a poder verlo en unas semanas en Inglaterra, pero, bien lo sabe, la fuerza de este hombre en España es ya legendaria, y los vuelos de bajo coste ponen Barcelona a tiro de piedra; algo parecido le pasa a Valentina, con su espigada figura milanesa y sus rizos rubios: unos días en Madrid con concierto son el colofón perfecto para un año marcado por intenso estudio; David se fue hasta Nueva York hace unos meses para un solo fin de semana: unas cuantas horas y miles de millas de vuelo y se encontró allí con Marta en una gélida noche invernal donde el rock deshizo la nieve de la costa este americana. Volverá a Madrid y a algún otro destino; Anderson es, como los generales de las viejas guerras, algo descreído pero quiere de nuevo intentarlo: él estuvo siguiendo las giras de los 80 y los 90, las del bronco y musculoso héroe de las clases populares, y ahí sigue al pie de la trinchera. Ha contado las entradas: será su concierto número 34; Alvaro ya es un adolescente pero recuerda cuando el propio jefe lo sacó a cantar un estribillo en un concierto y lo vio todo un estadio. Sabe que el milagro no volverá a repetirse pero allí estará con sus padres y sus hermanos pequeños, que comparecen por vez primera; y hay muchos más, anónimos y trabajadores, famosos, tímidos o audaces; experimentados que conocen el primer acorde y duros de oído que chapurrean los estribillos; los que buscan su camiseta más antigua, señal de una existencia, o los que llevan un par de semanas memorizando unas canciones; los que han aparcado este año unas vacaciones placenteras de sol y playa y las cambiaron por aviones de bajo coste, hotel urbano y asiento reservado en San Siro, en el Bernabeu, en Anoeta, en el Camp Nou o en Wembley; los que han dicho que este año ya no, pero aún así han vuelto. Los que suspiran porque les cante I´m going down o estrene una rareza, aunque sea en homenaje a otro artista. Los que simplemente sueñan.
Bienvenido, Bruce Springsteen. This land is your land. Esta tierra es tuya, y nosotros, tantos, disciplinados, esforzados y tan variados, somos una vez más tus felices soldados.
David Ferrer
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