De buena mañana. Miércoles 7. Como no podía ser de otra manera.

 Escucho a nuestro soso presidente autonómico repetir varias veces la coletilla "como no podía ser de otra manera". Da igual que se hable de las vacas que del Euribor. No es el único. Se oye en las tribunas parlamentarias un día sí y al otro también. "Soy una persona recta, como no podía ser de otra manera". "Hemos enviado ayudas a los bomberos forestales, como no podía ser de otra manera". La muletilla, el lugar común, el tópico esconde siempre una preterición: es decir, lo hemos hecho mal porque no sabíamos hacerlo de otra manera. Yo siempre he pensado que las cosas son de una manera y de la otra, de la forma recta y del envés. Y que se puede escribir bien, cuando también se puede escribir mal. Como no podía ser de otra manera.

- El bombardeo de pseudo editoriales de autopublicación es apabullante. En anuncios de Facebook, en emails, historias de Instagram... Publica tu libro, hazte escritor, cumple tus sueños. Nunca publicar fue tan barato, tan bajo, tan inconsistente. El editor Gabriel Zaid habló ya hace años de "los demasiados libros" y no imaginaba este boom de la edición de saldo, de esta piratería sin complejos. Sobran muchos libros. Y la mayoría habría que quemarlos. Como no podía ser de otra manera. 

- 7 de septiembre ya. Un pequeño arbusto llamado árbol de Júpiter luce esplendoroso, como si fuera primaveral. Ayer alguien me dijo que ya estaba esperando mi felicitación de navidad con su poema correspondiente. Vivo sin vivir en mí. No podía ser de otra manera.