De buena mañana. 23 de diciembre. La pedrea.
(De buena mañana) La pedrea.
- Salía yo de mi clase ayer por la tarde y escuché a un matrimonio discutir a la puerta de una administración de Lotería. Como apenas juego, el número del trabajo y poco más, el desembolso realizado apenas me crea dolor, habida cuenta de que las posibilidades de que toque son minúsculas. Andaba la buena señora recriminando a su marido elegir mal los números. El hombre se disculpaba diciendo que había sido la lotera quien escogió tal cifra a lo cual la mujer, erre que erre, se colocaba el abrigo y seguía con su sermón. El próximo lo elijo yo, dijo con tono de afectación y de desdicha. Yo la nombraría "seleccionadora universal de números que tocan". Y al marido le recomiendo que se vaya de casa, el pobre.
- Unos niños, preadolescentes, en su primer día de vacaciones juntaban los dineros para ir a comprarse una hamburguesa y unas patatas fritas. No se aclaraban con las matemáticas: que no, que faltan veinte céntimos, tío que ahí te sobra, pon tú treinta y yo pongo quince. La operación de recuento fue más laboriosa de lo que, supongo, tardarían en pedir y devorar el grasiento manjar. Pero eran niños. Vacaciones de Navidad. Y comprarse de manera autónoma una hamburguesa debe de ser lo más parecido a la gloria. Benditos.
- A mi este año tampoco me han salido las cuentas. Como mis amistades ya conocen, suelo hacer desde hace mucho una felicitación personal con un poema. Unos años me sobran tarjetas, otros me faltan. A veces en enero quedaban como polvorones ajados hasta treinta o cuarenta tarjetones que regalaba a quien no le hacía falta ni iba a valorarlo. Otros años la pedrea de la vida me hacía ir descontando: los que han fallecido, los que nunca contestan, aquellos con los que ya no me hablo. Estos, por suerte, son los menos. Del primer grupo, el de los muertos, predominan los escritores. Y hay algunos a los que sigo echando de menos, a quienes me encantaría volver a mandarles mis buenos deseos. Este año ando escaso. Me quedan unos pocos ejemplares. Si has recibido el poema, ya tienes mi personal lotería.
- Coda: por supuesto, Feliz Navidad. Lo mejor. Lo de siempre.
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