(De buena mañana) Deprisa, deprisa. - Nunca he sido hábil en ninguna de las artes manuales. En el colegio, una vez, había que diseñar en cartulina un castillo y levantarlo. Uno de esos ejercicios sádicos y perversos con el que se castiga a los niños. Era condición obligatoria que se presentara erguido, con sus almenas, su foso, su puente. Yo dibujaba en un folio algo que luego no había manera de poner en práctica. Como el diseño de una falla valenciana imposible. Paseando por la ciudad vi que un kiosko vendía una maqueta de un castillo: recio, ideal, imposible. Con los ahorros compré la maqueta y le dije a mi padre que me la hiciera. Se pasó el hombre toda la tarde. Para que no se viera que era un producto de imprenta pegué después unas cartulinas y unos dibujos mal hechos por encima. Daba el pego. El interior era perfecto y el exterior pasaba por el producto de un poco hábil niño de nueve años. Como en aquella época me gustaba mucho la historia, pinté unos escudos de armas y una...
Comentarios
Publicar un comentario