De buena mañana. 27 de diciembre. Balance

 (De buena mañana) Balance

- Quienes nos dedicamos a la enseñanza, empezamos los años en septiembre. Estos balances que se publican generosamente cuando llega la Nochevieja tienen siempre algo de impostados. Nunca leo en nadie verdades, como podrían ser estas:
- Este año no he leído nada, menos que nunca.
- Ha sido un año en el que no he viajado.
- He ganado menos dinero.
- He tenido menos relaciones que el portero de Santa Marta, la residencia del papa.
- La relación con mi esposa y con mis hijos es un asco.
- He hecho cuatro maratones, tres medias y doce carreras de 10. Y además he subido tres montañas.
- Me he aburrido como una mona, lo cual no es cierto tampoco, pues las monas parecen muy divertidas.
- He perdido el tiempo en no sé cuántas series que me dijeron que eran lo más del momento.
- He dejado a medias ese gran libro del año.
Etc etc.
Los balances que se leen son, por el contrario, abrumadores: Instagram se llena de fotos de viajes, puestas de sol en Thailandia y Marrakech, y cenas en lugares trending. En Facebook se publica una foto con una torre de libros: los veinte mejores de este año. ¡Ya me cuesta a mí elegir cinco buenos, como para publicar veinte! En LinkedIn todo se llena de proyectos: 2024 va a ser un año lleno de proyectos, de oportunidades. Como por febrero nos habremos olvidado de esa promesa, nunca sabremos si lo prometido es deuda, ganancia, pagaré o tururú.
La verdad. Yo tenía pensado hacer esto y hacer lo otro pero al final las semanas pasan, te cargas de trabajo y esto y aquello queda pendiente para otro momento. Sin pena ni gloria. La vida.
Hace casi un año me comprometí a un proyecto académico, de esas instituciones algo aburridas y provincianas. Tienes que hacer un estudio, redactarlo, lo presentas, te pagan y la cosa queda ahí. Dirá alguno: no está mal si te pagan. Ya, pero como decía Bartleby, el famoso personaje de Melville: "preferiría no hacerlo". Y como soy una persona que cumple sus promesas: no lo he hecho. Dirán algunos: ¡qué mal ha quedado! ¡No lo ha terminado! Diré yo mismo: si no me apetecía, ¿para qué iba a hacerlo? Total, la ciudad está llena de escribidores dispuestos a narrar el vuelo de un vencejo a las doce de la mañana.
Por contra, he hecho muchas cosas que para otros tantos serán inexistentes, invisibles y anodinas. Abrí una página taurina, me hice crítico para varios medios. Viajé por aquí y por allá con motivo de ese oficio. Nada que poner en un currículum.
2024 será un poco parecido a 2023. Si por un casual salen dos cosas, estaremos de enhorabuena. Si, por el contrario, prefieres no hacerlo, eres una persona tremendamente creativa y con una capacidad para el disfrute inagotable. No hay nada más valioso que la palabra "no".
Más Bartlebys y menos Quijotes.
Feliz 2024.
© Texto y fotos David Ferrer, 2023.
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