De buena mañana. 9 de enero. Calendario en Nava.

 (De buena mañana) Calendario en Nava.

- "Traían de oriente en sus alforjas el aire frío de la montaña". Es el primer verso del poema Calendario, que ayer se alzó con el XX Premio Jaime Gil de Biedma y Alba que convoca anualmente con éxito el Ayuntamiento de Nava de la Asunción, Segovia, lugar de recuerdo familiar, de reposo veraniego y de morada final del poeta de la Generación del 50. Abierta la plica digital, su autor resultó ser Joaquín del Campo López. Apenas encontramos referencias en Google. ¿Un poeta inédito? El día de la entrega del premio, el próximo 28 de enero, sabremos algo más.

Son veinte años de este galardón que nació por iniciativa de Francisco Ruiz de Pablos, profesor, doctor e investigador y vinculado a Nava de la Asunción, y de su alcalde, Juan José Maroto. El propio Jaime Gil de Biedma decía que "de todo empieza ya a hacer veinte años". Y así se cumple con este premio de cuyo jurado he formado parte en casi todas las ediciones desde su inauguración.

Cada ocho de enero, entre nieves, ventiscas, fríos de hielo o lluvias, como ayer, acudimos desde Ávila a Nava de la Asunción. Las carreteras estrechas van dejando a los lados pinares, pequeñas bodegas y hasta una gasolinera abandonada que parece trasplantada de Nebraska. El ocho de enero es siempre un día frío. Es víspera de todo, fiesta de nada. El calendario, como en el poema ganador. tiene estos vaivenes, estos subibajas. Paramos a tomar un café en el hotel del pueblo y nos ofrecen un trozo de roscón. El camarero nos dice que ha sobrado mucho de estas fiestas. En cualquier lugar de España son momentos sobrantes, de recomponerse. En unas semanas veremos la realidad de otra manera.

En Nava de la Asunción seguían ayer encendidas las luces de la navidad. Es un detalle cálido y un guiño a los días transcurridos. Con Pepe García Albi, sobrino del poeta, hablamos de sus nuevos proyectos y de la familia y nos alegra saber que una hermana de Jaime sigue en esta tierra. Poco a poco se entra en calor y nos vamos olvidando de esta fecha incierta de fin de vacaciones, de la ingente cantidad de tareas que tendrás que hacer el lunes y de las largas y oscuras semanas de enero que aún te aguardan. El lugar del fallo del premio, la antigua estación de trenes, está lleno. Son gente entrañable que nos han acogido con generosidad inaudita. Saludos por aquí, por allí y nos vamos viendo iguales aunque con veinte, diez, cinco años más. Es un mérito acudir una tarde como esta, con oscuridad y lluvia. Pero en Nava de la Asunción tienen verdadera devoción por su poeta, por su memoria, por los poemas que dedicó a estas tierras, por su innata melancolía: "Jardín de los melancólicos", se recuerda en una inscripción. Es un día, en efecto, para la melancolía pero no para la tristeza. Murió exactamente ayer hace treinta y tres años. Allí fue enterrado unos días después. ¡Qué vivo sigue este poeta! Y conmueve saber que su presencia irradia una sana melancolía, una alegría del momento que nos hace sobreponernos a las oscuridades del calendario. Así, hemos pasado otra tarde agradable, bella en su más escueta esencia.

Cuando salimos de la Nava, hacia las nueve de la noche, no queda nadie en las calles. Cada uno volverá a sus trabajos en las empresas cercanas que generan riqueza, en las tierras, los comercios, los jugadores del balonmano a sus entrenamientos. Los niños y adolescentes de vuelta al colegio. Los universitarios a sus respectivas ciudades de tránsito. La ermita ha quedado iluminada y solitaria, las luces de Navidad nos indican el fin de la fiesta y la carretera solitaria es metáfora de nuestro devenir por la vida. "Píos deseos para empezar el año" es un conocido poema de JGB. Los míos son sencillos también: que el mes de enero sea venturoso, indoloro y rápido.

© Texto de David Ferrer, 2023

© Fotos, David Ferrer, estación Gil de Biedma y foto del jurado tomada por José Luis Aceves.

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